Carta abierta a los Ministros Europeos de Educación

A todos los Ministros Europeos de Educación, Directores de colegios, Maestros y Padres

Asunto
Introducción a la investigación clínica como parte de la educación escolar para todos los alumnos de las escuelas europeas durante tres años consecutivos en torno a las edades de 14, 15 y 16 años.

Como coalición de organizaciones de pacientes, médicos, investigadores sanitarios y periodistas en temas de salud nos preocupa el desconocimiento general del público existente sobre la investigación clínica y la necesidad de realizar ensayos clínicos aleatorios independientes. 

La mayoría de las personas conocerán la investigación clínica por primera vez cuando ellos o sus familiares sean invitados a participar en un ensayo clínico aleatorizado u otro tipo de investigación clínica. Una invitación que suele ocurrir tras conocer el diagnóstico de un problema de salud grave. Creemos que se deben tomar medidas para dotar a los ciudadanos europeos con la información y la comprensión necesaria para afrontar eficazmente este tipo de situaciones. Queremos que los pacientes y sus familiares estén mejor preparados para soportar los golpes de un diagnóstico grave, y de una invitación a participar en un ensayo clínico diseñado para afrontar la incertidumbre acerca de las posibles alternativas de tratamiento.

Por este motivo, proponemos que todas las escuelas introduzcan como parte de su plan de estudios, tres talleres de educación de 2 días sobre el tema de la investigación clínica, durante tres años consecutivos. La educación debe ser proporcionada antes de la escuela secundaria, como parte del plan de estudios para los alumnos entre 14 y 16 años de edad, y se aplicaría a partir del año lectivo 2015-2016. La introducción del tema de la investigación clínica en el plan de estudios se adaptaría a las diferentes normativas locales.

Los tres talleres de 2 días aumentarían progresivamente su complejidad con la intención de garantizar las nociones básicas para comprender por qué las decisiones diagnósticas, pronósticas y terapéuticas se deben basar en pruebas fiables. Además, se enseñará a reconocer los tipos de sesgos que pueden influir en la investigación y los diferentes métodos para evitarlos, así como a comprender la justificación de la investigación clínica independiente. Hemos desarrollado una serie de instrumentos que podrían ser utilizados como herramientas en estos talleres educativos: material del proyecto ECRAN (http://ecranproject.eu/); el sitio web Testing Treatment Interactions (http://www.testingtreatments.org/); La James Lind Library (http://www.jameslindlibrary.org/); La Cochrane Collaboration (http://www.cochrane.org/); La Cochrane Library (http://www.thecochranelibrary.com/view/0/index.html); y el proyecto ECRIN (http://www.ecrin.org/).

Estaremos encantados de contribuir a un plan de estudios más detallado para los alumnos europeos. También podríamos sugerir cómo evaluar el efecto de estos instrumentos en la mejora de la educación y el conocimiento de los estudiantes.

Una población europea bien preparada estará más abierta a la investigación clínica si comprende su necesidad y complejidad. Así, se ayudaría a todos los ciudadanos europeos y mejoraría la relación entre los investigadores sanitarios, los sistemas sanitarios y las industrias de medicamentos y dispositivos médicos.

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